Este de aquí soy yo

Aunque no lo parezca estoy meditando

Sin pulseras, sin velas, sin posturas de flores.

Simplemente mirando al frente. Es la manera que tengo de calmar mi mente, de concentrarme, de aislar mis pensamientos.

Puede que hayas llegado a este sitio web desde alguna red social o quizás buscando en Google electricistas acreditados o a lo mejor por casualidad.

¿Tú crees en las casualidades? ¿O qué las cosas pasan por algo? Yo creo más en la segunda opción, llámalo energía, yo creo en eso, la energía.

En cualquier caso, te agradezco que estés aquí.

Y Aprovechando tu visita voy a revelarte algo que no he contado en ningún otro sitio.

¿Qué te parece? ¿Te fiarías de alguien con estas pintas? ¿Soy una especie de loco o algo así?

A lo mejor es eso. Ahora que lo pienso, nadie me ha dicho nunca que sea un tío normal.

¡No te cachondees!

He pensado, que si hay alguien que quiera acompañarme en este camino, debe de conocerme bien, de esta manera, no se hará una falsa imagen de mí y yo me aseguro de que seguirá visitándome porque le mola mi rollo.

¿Qué te parece? ¿No es lo mejor para los dos?

¡Venga, vamos al lío!

Aquí y ahora

Lo primero que has de saber es que NO soy el tipo de persona que trata de ser superior a los demás. Simplemente, busco la manera de superar a mi antiguo yo. Ser mejor de lo que fui ayer.

Y de eso, es de lo que voy a hablarte.

DIOS CREÓ

A TODOS LOS HOMBRES IGUALES,

PERO SOLO

LOS MEJORES SE CONVIRTIERON EN

ELECTRICISTAS

Contando conmigo somos 7 hermanos, yo soy el mayor. Crecí en un barrio obrero de Barcelona. Mi padre era electricista. Me crie entre cables, enchufes y herramientas.

De niño no fui un buen estudiante, de hecho, repetí cuarto de EGB. 

No me sirvió de mucho, 4 años más tarde, al acabar el colegio, tampoco obtuve el graduado escolar.

Solo saqué buenas notas en manualidades y educación física. 

Por suerte. Mi padre, Los fines de semana, me llevaba con él a trabajar. Remiendos en casa de familiares o amigos. Tenía entonces 14 años. Eran otros tiempos.

Me alucinaba ver como ordenaba mogollones de cables de diferentes colores en las cajas de empalme y como conectaba los cuadros eléctricos.

Admiraba lo que hacía. Con él encontré la motivación. Yo quería ser como mi padre.

Técnico Electricista.

Él despertó mi interés por este oficio, me transmitió confianza y me motivó a seguir sus pasos.

Esos pasos eran; formarme, aprender y seguir currando como un cabrón.

Fue entonces cuando empecé a Afilar mi hacha.

Con 16 años entré en la escuela del Gremio de instaladores de Barcelona.

Leí todo lo que pude encontrar sobre electricidad. Por las tardes me saqué el graduado en una escuela de adultos. Después hice la FP de electricidad. También en horario nocturno. Por el día trabajaba y por la tarde me formaba.

Te he de decir: estaba enchufadísimo. Tenía hambre de más.

Mientras mis colegas del barrio se reunían en el parque a fumar cigarrillos de la risa y contarse sus «batallitas».

Yo curraba y estudiaba. 

Aprendí de expertos ingenieros con muchos años de experiencia, me enseñaron temas como los armónicos, energía reactiva, termografías en instalaciones y muchas más cosas, eran mini másteres que me sirvieron para entender lo que pasa por nuestros cables.

¡Pero espera!

Aquí es cuando aprendí una cosa mucho más importante y que daba sentido a mi profesión.

«LOS ELECTRICISTAS FUIMOS CREADOS PORQUE LOS INGENIEROS TAMBIÉN NECESITAN HÉROES»

Quiero decir, yo no tenía estudios universitarios, ni másteres, pero tampoco tenía barreras mentales por eso, era una ¡puta esponja! 

Ellos (los ingenieros) me enseñaron las cosas importantes. Las que me servían para detectar y solucionar las averías en las instalaciones eléctricas.

¡Nada de paja!

Aprendía, aplicaba, solucionaba problemas y me ganaba el respeto y admiración de mis clientes.

Solo así se demuestran las cosas.

En el barro, con el hacha bien afilada y dando golpes precisos.

Si tenía dudas, preguntaba, si me equivocaba, reconocía el error y seguía.

Memoricé todas las fórmulas; la ley de ohm, ley de joule, caída de tensión, etc.

A lo largo de mi vida, me he formado constantemente y me he adaptado a los cambios en el sector energético.

Hoy en día, sigo afilando mi hacha. 

A pesar de lo que mucha gente piensa. Los mejores electricistas no paran de aprender y formarse.

«No digo electricistas. Digo los mejores electricistas»

Quizás mi historia no te parezca interesante, pero es necesario que la conozcas, porque soy el mejor electricista de la galaxia.

Quiero decir, de MI GALAXIA. ja, ja, ja.

En esta galaxia hablo de Instalaciones eléctricas, ahorro de energía, Fotovoltaica y comparto historias reales que me pasan en el trabajo, incluidos errores propios o ajenos.

Cualquier anécdota con la que podamos aprender y crecer.

No escribo para recibir palmaditas en la espalda, o que me digan, ohh ¡que maquina eres!

Escribo para tratar de calmar mi mente, entretener, dar información valiosa y de vez en cuando vender mis productos y servicios.

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